El escándalo por los vínculos entre el diputado y candidato oficialista José Luis Espert y el empresario detenido Federico “Fred” Machado se transformó en un verdadero dolor de cabeza para el gobierno de Javier Milei. Lejos de tratarse de un episodio aislado, una encuesta nacional de Zuban Córdoba y Asociados advierte que el caso se convirtió en un “nuevo cisne negro” que amenaza con perforar incluso el núcleo duro de apoyo al oficialismo.
Los números son demoledores y exponen, con claridad, el costo político que la Casa Rosada parece no estar sabiendo manejar.
📊 Impacto directo en la gestión:
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76,3% de los argentinos considera que el caso Espert impacta negativamente sobre el gobierno de Milei.
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68,6% no le cree a la explicación pública que dio el diputado libertario.
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63,7% no está de acuerdo con la frase “Espert es inocente”.
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62,9% opina que debería renunciar a su candidatura a diputado nacional.
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Su imagen personal se derrumbó a un 71,4% negativa, con apenas un 26,4% de positiva.
Mientras Milei opta por el silencio público y su entorno intenta encapsular la crisis, el malestar social crece. La encuesta, realizada entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre, muestra que el escándalo ya no afecta únicamente a Espert: arrastra al propio gobierno, debilitando su credibilidad y su discurso de “lucha contra la casta”.
La revelación de que Espert habría recibido US$200.000 en el Morgan Stanley como parte de un acuerdo por un millón de dólares con Machado terminó de dinamitar la confianza incluso entre votantes libertarios moderados.
Según la consultora, este episodio “se ha instalado como uno de los principales factores de caída en la aprobación del gobierno y del aumento del pesimismo electoral de cara al 26 de octubre”.
Lejos de neutralizar el daño, la falta de respuestas claras desde la Casa Rosada y la tibia defensa oficial muestran a un Milei más preocupado por blindar a su candidato que por dar explicaciones convincentes a la sociedad. En un contexto económico frágil y con creciente descontento social, el caso Espert aparece como un nuevo punto de inflexión en la relación del presidente con la opinión pública.