Una conductora en B° José Fuchs atropelló mortalmente a una mascota, se dio a la fuga y la polémica escaló con un tenso cruce en el domicilio de la víctima.
La indignación se hizo viral en redes sociales tras un trágico incidente de tránsito que dejó sin vida a una mascota en el barrio José Fuchs. El pasado martes 30 de septiembre, cerca de la 1 de la tarde, el perro de una vecina se escapó de su casa y fue fatalmente atropellado por una Chevrolet Blazer (patente terminada en “84 UF”) que, según el relato, circulaba a una velocidad excesiva para una zona donde el límite es de 20 km/h.
La imprudencia fue solo el comienzo del drama. La dueña del vehículo, al doblar en una esquina, embistió al animal y, peor aún, no se detuvo a asistir. La dueña del perro quedó en el asfalto junto a su mascota, sin recibir ayuda de la responsable.
“Paraste y me viste tirada llorando, pero no tuviste corazón de bajarte”, escribió la denunciante en un post que se compartió masivamente, agradeciendo que fueron otros vecinos quienes sí se acercaron a contenerla.
Disculpas sí, pero el conflicto siguió
Gracias a la rápida acción de testigos que siguieron a la camioneta y le sacaron fotos, el vehículo y su dueña fueron identificados. Días después, el marido de la conductora se presentó en la casa de la vecina para pedir disculpas, un gesto que fue valorado. “Sentí sincero su arrepentimiento”, señaló la mujer.
Sin embargo, el conflicto, lejos de terminar, escaló a un nuevo nivel de tensión. Posteriormente, la propia dueña de la camioneta acudió al domicilio y, de acuerdo con la denuncia, la increpó a los gritos. “Le pedí de manera amable que no me causara más dolor, que todo siguiera por la vía legal correspondiente, pero continuó afuera de mi casa generando más daño”, aseguró la víctima, sintiendo que la situación se salía de control.
Tal como se difundió a través de El Patagónico, la vecina insistió en que su objetivo al hacer pública la historia no era la exposición personal, sino generar conciencia. Lo que empezó como un simple hecho vial, terminó destapando una falta grave de responsabilidad y empatía. La reflexión final de la dueña del perrito es un llamado de atención para todos los conductores: “Hoy fue mi perrito, mañana puede ser una persona”.