Comodoro otra vez en el ojo de la tormenta: 20 laburantes de Southex, con Rafael Quipildor a la cabeza, denuncian despidos más truchos que billete de Monopoly. Acuerdos de indemnización que no llegan ni al 100%, cero chance de subsidio por desempleo y un gremio que brilla por su ausencia.
Rafael Quipildor, uno de los 20 trabajadores echados de Southex, una empresa de servicios petroleros, no se guardó nada. Y contó el desastre: hace tres meses, él y sus compañeros fueron obligados a firmar acuerdos de indemnización que prometían un 120% pero no llegan ni al 100%. Peor aún, al firmar, se quedaron sin telegrama de despido, lo que los deja sin chance de pedir el subsidio por desempleo en ANSES. “Fue una estafa contra los trabajadores”, tiró Rafael, y no se equivocó.
Bajo presión: firmar o firmar
La maniobra fue digna de película de mafiosos. Después de jornadas eternas en el yacimiento, los laburantes eran citados, agotados, y puestos contra la espada y la pared. “Nadie firmó porque quiso, sino porque estábamos asustados”, relató Quipildor. Imaginate: 20 años laburando, dándole la vida al petróleo, y de repente te dicen “chau, firmá esto o quedás en la lona”. Es como si te invitaran a un asado y te sirvieran un mate cocido.
La jubilación, un sueño más lejano que el agua en el Chenque
A los 62 años y con 40 de aportes, Quipildor debería estar pensando en su merecido descanso. Pero no: por una trampa burocrática, los trabajadores de Southex no están categorizados como personal petrolero, sino como “tareas comunes”. Resultado? Tienen que esperar hasta los 65 para jubilarse. “Es una injusticia total”, disparó Rafael. Y no es un caso aislado.