La madrugada de este 17 de septiembre, un conductor de 27 años, identificado como Q.I, se llevó la peor parte en la Ruta 3. A la 1:10 AM, y más perdido que un pingüino en el desierto, se despistó con su Volkswagen Gol a la altura del Cenotafio. Lo peor de todo es que, según el informe de la policía, el pibe dio positivo en el test de alcoholemia, con un nivel de 1.98 G/L de alcohol en sangre. Sí, leíste bien: casi 2 gramos.
El personal de la Comisaría Primera se hizo presente en el lugar y, para sorpresa de nadie, encontraron al conductor ileso pero en un estado de ebriedad que te hacía dudar si se había tomado un fernet o un bidón de nafta. La historia, que ya era un circo, se volvió un papelón cuando Tránsito no pudo secuestrar el auto por falta de grúa. Un clásico de Comodoro.
El caso del despiste en la Ruta 3, a la altura de la estación de servicio Eureka, no es un hecho aislado. En los últimos meses, el número de accidentes de tránsito en la ciudad, especialmente los fines de semana, ha aumentado de forma alarmante. La mayoría de ellos, según los informes de la policía, están relacionados con el alcohol al volante.
La grúa que no llegó: La inoperancia que nos define
La frutilla del postre en esta historia es la inoperancia de Tránsito. En el parte policial se lee clarito: “No realizando secuestro y traslado a Corralón Municipal Personal de tránsito por falta de grúa”. ¿En serio? ¿La ciudad petrolera, con más plata que un jeque, no tiene una grúa para un operativo de rutina?
La indignación de los ciudadanos en las redes sociales no se hizo esperar. “Más lento que una tortuga, Tránsito de Comodoro”, publicó un usuario en Facebook. Otro, en X (ex-Twitter), se preguntó: “¿La grúa está de vacaciones?”. La falta de recursos y de coordinación de las autoridades es un problema crónico en la ciudad.
El despiste en la Ruta 3: Una vergüenza más
El conductor, que además de manejar con casi 2 gramos de alcohol no tenía seguro obligatorio, fue liberado después de que le retuvieran la licencia de conducir. El auto, con el tren delantero destrozado, se quedó en el lugar a la espera de una grúa particular.